1.- Las escuelas nacionales de arte pasaron de una situación complicada debido al polémico Decreto Supremo que las absorbía al Ministerio de la Cultura, a un final relativamente feliz, gracias a la derogatoria del decreto y al positivo proyecto de ley presentado por el Congreso, donde se contempla otorgar rango universitario a las dos escuelas de arte que faltaban: la Escuela Nacional de Ballet y la Escuela Nacional de Arte Dramático. Los alumnos y ex alumnos de las escuelas de arte que residen en Lima Sur tienen motivos para celebrar.
2.- Por otro lado, y sin querer, revisamos la noticia en la parte inferior de la página del diario. Y vemos con pesar que los ambulantes volvieron a ocupar la Pista Nueva a la altura de de San Juan de Miraflores. Tomar posición al respecto siempre es complicado. Ya que se trata de desalojar a gente pobre que busca la manera de ganarse la vida. Sin embargo, creemos que la mejor perspectiva para entender un problema así se toma sopesando el bien común y el bienestar individual.
El impacto sobre la ciudad de un mercado tan caótico es alto. Se afecta el urbanismo, el ornato, la salubridad, la seguridad pública, el libre tránsito y demás asuntos que tienen que ver con la convivencia a nivel distrital. Pero, creemos que el principal problema que genera convivir y tolerar espacios como el mercadillo en cuestión, es el impacto cultural. Convivir con un espacio asi, legitima en los niños y adultos de la zona las características del lugar (sucio, desordenado, caótico, peligroso, etc.) creándonos la ilusión inmovilizadora de que "asi es y está bien". Al dar por validas las características de nuestro espacio público inmediato, las trasladamos a nuestro entorno mayor. Es decir, podríamos ver a nuestros distritos con las mismas características que las del mercadillo en Pista Nueva y no notarlo. Lo asumimos en el peor de los casos como parte de nuestra idiosincrasia e invisibilizamos el problema, es decir podemos verlo, olerlo, tropezarnos con él pero no reconocerlo como tal.
Si bien es cierto estos espacios pueden formar parte de nuestro entorno, su origen y naturaleza se deben no a nuestra voluntad autodestructiva, sino a la falta de planificación. A la ausencia de una autoridad que no solo reprima o desaloje, sino que enfrente el problema, primero que nada entendiéndolo y luego resolviéndolo. A esto hay que sumarle la disposición de los involucrados, es decir los comerciantes, a querer resolver el problema. Es también parte de nuestra historia reciente, las famosas reubicaciones que tanto bien hacen a la convivencia. En el mismo Villa María del Triunfo se encuentran ejemplos. Es más, en la misma avenida Salvador Allende a un kilómetro más al sur, se ha construido un mercado moderno, para comerciantes que en su momento fueron ambulantes de la zona.
Encontrarnos con una situación así demuestra que hay alguien que no está haciendo su trabajo. Por un lado el Gobierno local, en ordenar el distrito (reubicando, planteando alternativas, -¿el presupuesto participativo aplica para el asunto en cuestión?- velando por el bien común), el Gobierno Central con programas sociales para aliviar la pobreza extrema que motiva el sub empleo, y finalmente la comunidad de Lima Sur, cada vez menos pasiva, cada vez menos sin voz.
Efraín Agüero Solórzano
No hay comentarios:
Publicar un comentario