Reconocemos que luego de ver el video en el facebook, nos surgieron una serie de preguntas. La primera es, ¿a qué público está dirigido?. Segundo, ¿qué onda con las ideas fuerza que se quieren transmitir con el mismo?. Queda claro que este video es para promocionar las actividades de la Ong VPerú por el día internacional de la No violencia contra la mujer en el Perú. Y sin querer denotar ningún tipo de resentimiento social, así lo tengamos, creemos que el resultado requería de un poquito más de mestizaje social, por así decirlo. O sea, la ecuación peruanos y peruanas = personajes exitosos de televisión no necesariamente siempre funciona. Habemos de todo, y ya que hablamos de un problema que abarca todos los rincones y estratos de nuestro país, deberíamos mestizar un poquito más el discurso. Y he ahí el siguiente punto de reflexión: la idea que se quiere transmitir para empoderar a la mujer peruana.
Todas somos hermosas.
Entendemos la idea. Encontrar belleza en uno mismo es un acto de valoración, que será el inicio de un proceso que concluya en el empoderamiento. Es decir, sentirnos con el poder suficiente para decidir sobre nuestras vidas. Y por consecuencia, no tolerarnos cualquier tipo de maltrato. El empoderamiento es un término que está de moda y tendrá sus razones para estarlo. Resume a grosso modo, una serie de prácticas que confluyen en fortalecer al individuo, armándolo de habilidades y capacidades que le hagan posible resolver diversos problemas. Sin embargo, la consigna para iniciar el empoderamiento de las mujeres respecto a la violencia de género en este caso, pareciese extraída desde las canteras más recalcitrantes del machismo: La mujer es hermosa.
Otorgarle cualidades a priori a la mujer (generalmente cualidades estéticas o espirituales), no hace más que reforzar estereotipos que el machismo en el fondo desea que nunca cambien. El mensaje para el mundo varón sería algo así como: “la mujer es bella, lo puedo ver, hay que respetarla, pero no necesariamente por que sea mi igual” (igual en sentido valorativo). O también: “La mujer es bella, ok. Lo puedo ver, ¿pero eso no quita que le pegue verdad?”
Una primera debilidad de este enfoque (empoderar a partir de la hermosura), es que tendría que hacerle frente al capitalismo y sus leyes de mercado. Y hay que ser cubano o habitantes de Zion para ponerse contreras con el sistema. Es decir: les repetimos mil veces a las mujeres que ellas son hermosas, lindas, preciosas, a través de 200 talleres descentralizados, mientras que distribuimos 70 millares de afiches y volantes, y cuando creemos que lo estamos logrando, de repente pasa lo cotidiano: nuestras participantes ven una publicidad de shampoo en la tv. Y lo que es peor, empalman con una novela, y para que ya nos tiremos al río por el despilfarro, ven en hora punta un desfile de modas mientras que revisan un catálogo de Saga Falabella. La hermosura, es un terreno muy difícil de arrebatárselo al mercado y a los medios de comunicación. Sabemos que no tienen razón pero ellos tienen la última palabra al respecto. Y es que para ese derecho de exclusividad han invertido millones de millones de dólares, y así alegremente con campañas bien intencionadas no los vamos a sabotear.
Otra debilidad de este enfoque y quizá la más preocupante, es que busca conseguir el respeto y la no violencia de género, apelando a la condescendencia, a lo motivacional, al "si se puede", y a la valoración de una estética uniforme del alma femenina (somos hermosas, todas todas, de alma obvio). Pone al frente a la hermosura como condición suficiente para la negociación. Soslayando décadas de lucha feminista que busca constituir a la mujer acreditándole derechos por el solo hecho de ser mujer, es decir, haciéndola poseedora de una ciudadana plena.
Esta mirada de valoración a la mujer como ciudadana, invita al hombre a pensar de la siguiente manera: “No se le pega ni se le maltrata a la mujer no porque sea bella digna de mi devoción, sino porque tiene la misma cantidad de derechos que yo. Es mi par. Ni más ni menos. Es nuestra semejante. Aceptémoslo. Es nuestra conciudadana, su voto en las urnas vale lo mismo que el mío. Su rol en la sociedad es tan importante como el mío. En cuestión de derechos somos igualitos. Ya me jodí.”
Finalmente, la idea fuerza que empoderaría a las mujeres que soportan algún tipo de maltrato, a nuestro parecer podría ser: “no merezco este maltrato no porque sea bella, hermosa, fea, rica pobre, joven, vieja, triunfadora o perdedora, no merezco maltrato porque soy humana, ciudadana, libre, peruana, tengo una identidad y una fe si lo deseo, porque tengo decisión, y eso sí, y sobre todas las cosas: tengo derechos". Nina Simone en Ain´t got no / I got life creo que lo expresa con claridad y belleza.
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